miércoles, 15 de enero de 2014

Cuando nos sentimos solos.

A veces la soledad nos atrapa y, a pesar de estar rodeados de gente, seguimos sintiéndonos vacíos.
Sentir que no encajamos, que somos el último mono, que si nosotros mismos no nos preocupamos de nosotros mismos ¿quién lo va a hacer?
Nos encontramos solos en un mundo lleno de gente, buscando comprensión, alguien que nos escuche pero que no nos juzgue, que nos deje expresar todo lo que tenemos dentro, y cuando terminemos no diga nada, simplemente que nos mire, nos abrace y cambie de tema, como si nada de eso hubiese pasado, alguien que con ese simple abrazo nos tranquilice, nos de seguridad y nos convenza de que realmente somos capaces de comernos el mundo empezando por los pies.
Y aun teniendo a esa persona cerca, muchas veces nos sentimos solos, y sentimos que no importamos, que si en algún momento desapareciésemos daría igual porque nadie se daría cuenta de nuestra ausencia, "no lo hacen cuando nos ausentamos por unos días, tampoco lo harán si lo hacemos para siempre", es lo que pasa por nuestra cabeza.
Cuando te sientes así el cuerpo se te llena de tristeza, todas las sonrisas que tenías destinadas para ese día se esfuman como si de una nube de humo se tratase, y te sientes perdido, sin nadie que te enseñe el camino de vuelta.