jueves, 24 de abril de 2014

Indescifrable.

Sentimientos que no sabemos descifrar, llega el momento y simplemente aparecen, no tienen un por qué, no hay motivo pero te recorren por dentro, te ponen en alerta, te avisan de algo pero ¿de qué?, quien sabe.
Y esa sensación de confusión te agobia, no sabes reaccionar, que hacer, que decir, como reaccionar, como comportarse...miles de preguntas sin respuesta que atormentan tu mente, te bloquean y no te dejan avanzar.
No sabes buscar una solución, ¿ha cambiado algo o todo sigue igual?
Tu mente no obtiene respuestas y tu corazón... tu corazón se ha dado la vuelta, no quiere verlo, se tapa los ojos y te abandona, y crees que así es imposible obtener respuestas, pero es lo que hay, le has dado tantas patadas que ya no quiere saber nada de ti, te abandona a tu suerte.
La conexión mente-corazón se ha roto, solo te queda tu masa gris, a veces convertida en serrín, para valorar todo aquello que te pasa, para descifrar sentimientos indescifrables, esos que muchas veces están ahí, aparecen y desaparecen intermitentemente, y que nunca has entendido y dudas mucho que alguna vez llegues a entender.

domingo, 30 de marzo de 2014

Todo aquello que te falta.

¿Qué estoy haciendo? ¿Es esto lo que quiero?
No, no lo es, tengo claro lo que no quiero.
No quiero más noches vacías en una cama que no es la mía,
no quiero abrazos falsos ni promesas incumplidas,
no quiero ilusiones que se desvanecen al amanecer,
no quiero besos aunque me ericen la piel.

Quiero momentos de verdad, de los que no se olvidan,
tardes en el parque imaginando como será la vida,
noches en el techo del coche en una noche fría,
teniendo el calor de tu cuerpo muy cerca de mi,
sabiendo que un beso dirá lo que soy para ti,
o quizás una simple mirada que me hiele el alma,
que me eleve al infinito y me baje con calma.

No quiero más desilusiones que me destrocen por dentro,
aunque a veces no lo parezca tengo sentimientos,
no quiero más locuras en mi camino,
al menos no como las he vivido.

Necesito tranquilidad, seguridad, saber que no se irá,
que se quedará a mi lado, compartiendo hasta lo más humano,
tratando de hacerme feliz, pero eso es fácil, basta con estar ahí.

Que quiero una vida contigo, sin privarme de nada,
y entonces podría ser todo aquello que te falta.

lunes, 24 de marzo de 2014

Caprichoso es el destino

Esa sensación de haber perdido el control, de cometer el mismo error una y mil veces.
Esa sensación de no querer que pase algo pero que siempre termina pasando.
¿Por qué somos tan gilipollas?.
Nos repetimos una y otra vez, "no va a pasar, no quiero que pase"; y es entonces cuando pasa más rápido.
Nos ilusionamos, nos encaprichamos, "esta vez será diferente" nos mentimos, pero a quien queremos engañar, siempre termina igual.
Dar todo por nada, pensar más en los demás que en nosotros mismos, encariñarnos, ilusionarnos, encapricharnos, preocuparnos por como estará... y un largo etcétera.
Sentimientos que pueden esfumarse en un abrir y cerrar de ojos, con una sola palabra, un pequeño cambio de actitud hacia nuestra persona o un simple gesto.
Y después de eso nos sentimos gilipollas, nos sentimos pequeños, vulnerables y volvemos a repetirnos "no volverá a pasar porque no quiero que pase", sumamos una piedra más a nuestra innumerable colección, a un muro que creemos sólido y firme, un muro que la persona correcta derribará con una sola palabra, un solo gesto, creemos; pero no, en realidad es un muro frágil e inestable que cualquier persona, con la palabra, el gesto o la actitud correcta puede derribar en cualquier momento, aunque no sea la correcta, aunque solo sea alguien que el destino nos ha puesto ahí, quizás para ponernos a prueba, quizás para que aprendamos, quizás simplemente por pura diversión. Caprichoso es el destino.

miércoles, 15 de enero de 2014

Cuando nos sentimos solos.

A veces la soledad nos atrapa y, a pesar de estar rodeados de gente, seguimos sintiéndonos vacíos.
Sentir que no encajamos, que somos el último mono, que si nosotros mismos no nos preocupamos de nosotros mismos ¿quién lo va a hacer?
Nos encontramos solos en un mundo lleno de gente, buscando comprensión, alguien que nos escuche pero que no nos juzgue, que nos deje expresar todo lo que tenemos dentro, y cuando terminemos no diga nada, simplemente que nos mire, nos abrace y cambie de tema, como si nada de eso hubiese pasado, alguien que con ese simple abrazo nos tranquilice, nos de seguridad y nos convenza de que realmente somos capaces de comernos el mundo empezando por los pies.
Y aun teniendo a esa persona cerca, muchas veces nos sentimos solos, y sentimos que no importamos, que si en algún momento desapareciésemos daría igual porque nadie se daría cuenta de nuestra ausencia, "no lo hacen cuando nos ausentamos por unos días, tampoco lo harán si lo hacemos para siempre", es lo que pasa por nuestra cabeza.
Cuando te sientes así el cuerpo se te llena de tristeza, todas las sonrisas que tenías destinadas para ese día se esfuman como si de una nube de humo se tratase, y te sientes perdido, sin nadie que te enseñe el camino de vuelta.