- Imagínate esta situación: conoces a una
persona, alguien que no esperas, que llega de repente, sin avisar, cuando tus
fuerzas más fallan, y te hace de apunto de apoyo para que tú, con el mínimo
esfuerzo, puedas mover el mundo, mundo que en poco tiempo pasa a girar en torno
a ella. Le regalas cada día de tu vida, no ves el momento de volver a estar a
su lado, de ir a buscarla y que te reciba con un beso, uno de esos que te hacen
perder la razón y la noción del tiempo. De repente te das cuenta de que tus esquemas
están fallando, algo no va bien, sólo tienes una cosa en mente y solo te
apetece hacer una cosa; estar con ella. Todo aquello que creías que nunca más
ibas a poder sentir por alguien, todos esos sentimientos especiales que te
hacen poner el mundo boca abajo, vuelven a aparecer dentro de ti. Lo das todo,
incluso hasta lo que no puedes dar, la cuidas, la mimas, la quieres, la
proteges… Y un buen día decide que ya no quiere que muevas el mundo, deja de
ser tu punto de apoyo y tu mundo se desploma, todo se viene abajo. Empiezas a
sentir miedo, inseguridad, pero a pesar de ello tú sigues a su lado, como un
buen día decidiste prometerle, porque tu cumples con tu palabra y si lo dices
lo haces, eres así. Promesa que te cuesta ejecutar, no es fácil ver como tu
apoyo ahora mueve otro mundo, uno que no es el tuyo. De repente, deja de mover
mundos, ya no quiere ser el apoyo de nadie y eso te hace pensar en que puedes
recuperarla, en que todo puede volver a ser igual. Tu cabeza, sin ayuda de nada
ni de nadie comienza a crear un universo paralelo, universo que sabes que nunca
se va a hacer realidad pero te hace sentir bien, es tu mundo y no quieres que
nadie lo destruya. Pero llega la hora de la verdad, recapacitas, piensas y te
das cuenta de que todo son ilusiones, de que eso nunca va a llegar a buen
puerto y de nuevo empiezas a sentir inseguridad y miedo. Odias sentirte así, te
gusta tener el control de la situación y esta se te escapa de las manos, no
sabes que sientes por tu punto de apoyo lo que te lleva a pensar que te vas a
volver loca. No sabes que hacer, sigues adelante, echas el freno de mano, te dejas
llevar… ninguna de las opciones te convence realmente pero no consigues volver
a sentirte igual que antes, como hace tan solo un par de meses, cuando todavía
no la conocías, tu seguridad ha desaparecido, tus miedos han vuelto, y tú sabes
que solo una cosa podría evadirte de todo eso y devolverte la seguridad, sólo
una, tu punto de apoyo.
¿Alguna vez te has sentido así?
- Creo que sí…
- Pues así es como me siento yo.